Todos los aparatos y electrodomésticos que utilizamos en nuestro hogar requieren de cierto mantenimiento para garantizar su buen funcionamiento. También para alargar la vida de los mismos. Hacer el mantenimiento de la caldera es importante por estos aspectos. Hoy te contamos cuáles son los motivos por los que es necesario.
Actualmente, en todo lo referente a climatización de hogares, la tendencia natural es la búsqueda de la eficiencia energética. Para esto tenemos que asegurarnos de que los aparatos e instalaciones climatizadoras funcionan correctamente.
Además, debemos recordar que respecto a la eficiencia, cuanto más eficientes son las soluciones e instalaciones de nuestro hogar, menores serán los gastos derivados de las facturas energéticas. Este ahorro nos beneficia como propietarios, ya que podemos destinar ese dinero en otras cuestiones. Especialmente en una etapa como la actual, en la que el precio del gasoil, la electricidad o el gas nos puede dar un buen susto en la factura mensual.
Realizar un mantenimiento adecuado de la caldera evitará que haya problemas o fallos que contribuyan a que la caldera consuma más combustible, gas o electricidad de la debida. Para ello, es necesario seguir una serie de pasos adicionales a las revisiones obligatorias de la caldera. Por ejemplo, es importante que las revisiones sean anuales. Y que vigiles que la presión de la caldera esté siempre en el nivel adecuado. Estas son solo algunas de las medidas que tienes que tomar para que el mantenimiento de la caldera dé sus frutos. Por varios motivos, que veremos a continuación.
4 motivos por los que hacer el mantenimiento de la caldera
Eficiencia energética
Esta es la razón principal para llevar a cabo un mantenimiento de la caldera. Mediante la revisión de esta, nos aseguraremos de que esté funcionando correctamente, y por lo tanto no esté gastando más debido a un mal funcionamiento o a una avería sin que nos hayamos percatado.
El mantenimiento de la caldera hace que tengamos la seguridad de que esta funciona a la perfección. De esta manera producirá agua caliente y generará calefacción de la forma más eficiente posible, reduciendo así el consumo energético y ahorrando en las facturas.
Un mal funcionamiento de la caldera puede redundar en un buen susto cuando llegue la factura del combustible, el gas o de la electricidad. Generalmente, los usuarios de sistemas de calefacción con caldera no son conscientes de lo mucho que una avería en sus primeras etapas, cuando aún no es perceptible a no ser que la examine un experto, puede hacer subir la factura.
Una revisión anual puede evitar muchos sustos, y muchos fabricantes ofrecen servicios de revisión adicional a las oficiales por una cuota no demasiado elevada. Además, cuando se efectúan estas revisiones los técnicos suelen aprovechar para ajustarla y ponerla a punto. De esta manera, no solo revisan que esté bien, sino que la optimizan para un mejor funcionamiento con el consumo justo.
El gasto que conlleva contar con un servicio de revisión periódica es uno de los principales motivos que tienen muchas personas para no revisar periódicamente la caldera. Pero las ventajas que aporta para el ahorro en el consumo, además de evitar en muchos casos averías muy costosas por su descubrimiento tardío, hacen que este dinero se amortice pronto. Por un lado, ahorrarás dinero en el consumo. Por otro, evitarás tener que hacer frente a gastos imprevistos cuando una avería que puede evitarse con un mantenimiento periódico se detecte a tiempo. Incluso antes de que pueda producirse.
Reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera
Al hacer el mantenimiento de la caldera, estamos comprobando que esta funcione correctamente y no gaste más de lo que debería. De esta forma estamos reduciendo las emisiones de gases nocivos a la atmósfera, contribuyendo al cuidado del medio ambiente.
Cuanto menor sea la cantidad de gases que despide la caldera, menos dióxido de carbono emitirá al medio ambiente. Por tanto, una caldera correctamente mantenida no solo es beneficiosa para tu bolsillo. También lo es para el medio ambiente, ya que solo si funciona mal emite más gases de los que está diseñada para liberar.
Ahorrarnos posibles reparaciones
Uno de los puntos importantes a tener en cuenta a la hora de hacer el mantenimiento de la caldera es que nos estaremos adelantando a posibles futuras averías. Un mantenimiento periódico nos alertará sobre el desgaste de las piezas o futuros fallos.
Con el mantenimiento también se revisan diversos conductos de la caldera. Especialmente, los de salida al exterior, con el objetivo de que no estén obstruidos. Si es así, aunque en un momento dado no parezca que haya piezas dañadas, pueden llegar a estarlo por culpa de una obstrucción. Por eso, el mantenimiento no solo revisa el estado de las piezas. También verifica que ciertas zonas de la caldera estén limpias y no tengan obstáculos para que los gases pasen por ellas. Al eliminar estos obstáculos, se eliminan también las posibilidades de que la caldera pueda sufrir una avería debida a las obstrucciones de sus conductos.
De otra manera es necesario hacer frente a gastos imprevistos cuando hay una avería. Y no suelen ser averías cuya reparación es económica, precisamente. La reparación de las calderas requiere costes elevados. En otras ocasiones podemos encontrarnos con que la caldera tiene poco arreglo, lo que supondrá un gasto muy elevado en el reemplazo.
Cuando llevamos a cabo el mantenimiento, podemos sustituir las piezas que se estén deteriorando antes de que se estropeen del todo. E incluso intuir qué piezas están cerca de empezar a desgastarse lo suficiente como para que haya un problema en el futuro.
El técnico sabe cuál es la vida útil de las piezas de las calderas, por lo que una pieza da un problema determinado cuando ha pasado cierto tiempo desde que se instaló la caldera, o se cambió, puede sustituirla por una nueva y evitar una avería. Además, si un modelo concreto tiene una pieza que ocasiona problemas, puede cambiarla directamente durante una revisión. Fin del problema con la pieza en esa caldera en concreto.
Alargar la vida de nuestra caldera evitará que tengamos que sustituirla por completo o recurrir a reparaciones una vez se haya estropeado. Por tanto, conseguiremos alargar su vida útil durante varios años. Si no, es probable que antes de lo normal sufra una avería que requiera un esfuerzo económico tan fuerte que es probable que salga más rentable cambiarla e instalar una nueva.
Por tanto, ahorrar unas decenas de euros al año puede llevar a tener que desembolsar varios cientos antes de lo que tocaría con un servicio de mantenimiento. Y a tener que instalar más calderas de las necesarias a lo largo de los años. Pero de esta forma, con un mantenimiento adecuado y periódico, ahorraremos, no solo en las facturas energéticas, como hemos mencionado antes, sino también en gastos impredecibles.
Por una cuestión de seguridad
Debido al tipo de componentes que posee una caldera y a su forma de funcionar, se trata de una instalación que requiere de profesionales especializados en el área para realizar el mantenimiento o las reparaciones. No es nada recomendable que cualquier persona sin la formación y certificación adecuada se encargue de realizar ciertas tareas con la caldera, más allá de aumentar la presión cuando sea necesario. Ir más allá puede resultar peligroso. De ahí la necesidad de realizar un mantenimiento adecuado y periódico. Lo hará un técnico especializado, y será quien se encargue de la manipulación de sus componentes.
Al ser las calderas máquinas que generan calor y se encargan de conducirlo en forma de agua caliente o vapor, pueden ser artefactos peligrosos si funcionan incorrectamente. Al trabajar a presión, pueden producir expansiones violentas de agua o vapor en su interior. Si alguno de los componentes de la caldera no funciona correctamente, podrían ocasionarse accidentes.
Para que no lleguen a ocurrir averías graves o accidentes, es recomendable y fundamental un mantenimiento adecuado y regular de la caldera. Además, debe ser llevado a cabo por profesionales del área.
Otro de los problemas que puede causar una caldera en mal estado es la pérdida del monóxido de carbono. Este no se puede detectar de forma manual. Un técnico podría detectar una fuga de este tipo de gas en la caldera, en este caso debemos prevenirlo haciendo un mantenimiento a tiempo.
¿Cada cuánto tiempo se debe revisar una caldera?
Para un funcionamiento óptimo de una caldera de gas, se debe realizar un mantenimiento cada 2 años según el Reglamento de las Instalaciones Térmicas en los Edificios.
Por otro lado, para calderas de gasóleo se deben revisar todos los años. En ocasiones este tiempo podría ser menor, depende de lo que se especifique en el manual de mantenimiento del fabricante.
Habitualmente, los fabricantes suelen ofrecer el servicio de mantenimiento de la caldera. Esto tiene muchas ventajas, pues enviarán a un técnico experto en la caldera. Esto asegura una fiabilidad absoluta a la hora de llevar a cabo el mantenimiento y posibles reparaciones que hicieran falta.
Si quieres conocer más detalles puedes consultar alguno de nuestros artículos anteriores: